martes, 7 de agosto de 2012

Gritar también es de seres humanos.

Seis meses sin pasarme por aquí. Seis meses largos. Medio año en el que han sucedido muchas cosas. Demasiadas. Buenas. Y también malas. Malas no. Digamos simplemente que 'no tan buenas'.
Cuando pasas tanto tiempo sin algo o alguien a veces se crea una necesidad. Una necesidad que calma, que ayuda. 
No es nada fácil describir la noria en la que ahora vivo. Sólo puedo deciros que su movimiento es muy diferente al suave vaivén de la barca en la que antes, por lo menos, dormía tranquila.
No es nada fácil, tampoco, explicar la batería de pensamientos que a día de hoy me quita esa tranquilidad. Así como el ovillo de sentimientos que me atraganta o el temblor que hace que mis manos vibren.

Pero he de confesar que todo en esta vida sirve para aprender. Que 'no es más rico el que más tiene, si no el que menos necesita'. Y que no debes temer nada si sabes mantenerte a la pata coja.

Bueno, en realidad lo último no tiene nada que ver. Pero quiero creer, que quizá, cuando los apoyos flaqueen, la suerte falte y el viento apriete, seré capaz de soportar, sola, los chaparrones que caigan. 
Vale. Mantener el equilibrio a veces es complicado, pero supongo que todos seriamos capaces de encontrar siempre una razón por la que aguantar. 
Digamos que la moraleja de esta entrada es que si consientes que tu felicidad dependa de una sola persona y esa persona no eres tú mismo, al menos asegúrate primero de que aguantarás a la pata coja.


miércoles, 22 de febrero de 2012

Sólo cinco meses.

Un día, dos días, veintitrés días, cuarenta y ocho días...; cinco meses.
No hay más. Sólo cinco meses. Cinco meses y tu sonrisa, cinco meses y tu música.
Cinco meses y tú, porque dudo, sinceramente, que exista alguien tan peculiar como tú, en el buen sentido.
Tú y tu forma de animar siempre a los demás, de estar ahí pase lo que pase. Tú y tu forma de ser y de darte a conocer. Desde un simple pestañeo hasta la forma de andar. Todo es particular en ti. Haces que los demás pensemos que no es una invención eso de la personalidad, que es posible no ser manejado por la sociedad.
Me gustaría que te dieras cuenta de que si hay algo en lo que debes poner todo tu empeño es en no cambiar. En ser siempre así, sólo como tú sabes ser.
Es difícil de explicar la forma en que haces todo sencillo. La forma en la que haces que la felicidad, ya sea la tuya propia o la de los demás, se base en cosas tan sencillas como una sonrisa. Una sonrisa de la persona adecuada en el momento adecuado. Y haces creer que el hecho de que esas tres cosas se relacionen en una perfecta armonía es más sencillo de lo que parece. Y después lo demuestras. Lo demuestras teniendo siempre la sonrisa o la palabra adecuadas en el momento adecuado (que tú eres la persona adecuada se da por hecho) y es verdad, la felicidad se puede hallar cada día en cinco meses gracias a ti, a tu sonrisa, a tus palabras.
Nunca olvides lo esencial que eres para algunas personas y haz que eso sea tu motor. Haz que esa sea la razón por la que seguir siendo como eres y haciendo felices a los demás con tus filosofías sobre que "la felicidad se halla en pequeñas cosas" o con tu sonrisa, que en este caso vale más que 332 palabras sobre lo increíble que eres.

miércoles, 30 de marzo de 2011

Una gran persona dice grandes verdades.




"El miedo es una tontería.
Sólo son 15 carcajadas demasiado sonoras en una sala vacía, 15 tortugas sin casa y 15 cafés sin cafeína y, por supuesto, sin jazz..."
B.V

jueves, 17 de marzo de 2011

Hoy es el "mañana" de ayer.



Hoy, deprisa y corriendo, como siempre, me he preguntado algo que al final ha acabado dando vueltas en mi cabeza todo el día. La pregunta ha sido esta: ¿Qué hago?
No es un "¿qué hago?" de indecisión si no un "¿qué hago?" de "¿qué estoy haciendo y por qué?"
Y es cierto, nos pasamos todo el día diciendo tengo que hacer esto, tengo que hacer lo otro y lo del más allá y ¿por qué? o mejor dicho, ¿para qué? pues en mi caso para llegar a ser alguien, pero como ésta hay muchísimas más respuestas. El problema es que todo lo hacemos pensando en mañana, pasado, en unas semanas, o incluso en dentro de unos años. ¿Y hoy? para hoy dejamos lo duro, el trabajo, porque el disfrute ya vendrá mañana, pero así pasa, que mañana ya es ese mañana por el que hacíamos las cosas y ese mañana es hoy. Y así nos va, que eso se convierte en una rueda hasta que nos olvidamos de por qué llevamos años haciendo algo de lo que parece que no obtenemos nada, pues hasta ese momento ninguno de los días has pensado: "Hoy, y no mañana".
Al fin y al cabo hasta que no consigues tu objetivo no llega ese mañana de disfrute, y muchas veces tarda años, pero sé que aunque ahora esté diciendo que debería pensar en el hoy, mi máxima motivación es el mañana y estaré agradecida a todas las personas que intentaron motivarme aunque yo, un día como hoy, no le viera sentido.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Una foto en blanco y negro, y no gris.


Siempre pierdo lo que gano. Y si lo recuperase lo perdería tantas veces como en mi poder estuviera. Y aunque lo conservara por algún tiempo, seguro que alguna otra cosa se esfumaría. ¡Que no me gusta la neutralidad! Ni a mi, ni a nadie. ¡A ver si se quiere enterar ya quien esté moviendo esos hilos! Necesito, mejor dicho, necesitamos ganar o perder para que nuestro estado de ánimo sea justificable. Muchas veces solo somos felices si conseguimos lo que nos proponemos, si llegamos a esa meta. Tras haberlo logrado y haber alcanzado la felicidad, sonríes como muestra de ello. Sin embargo cuando perdemos algo, todo lo que giraba a su alrededor pasa a ser el centro, te apoyas en todo lo demás con la esperanza de que no desaparecerá. Y aunque cueste, muchas veces lo mostramos por el simple hecho de que necesitamos de alguien que sea capaz de comprendernos o simplemente nos escuche.
En realidad ser neutro no está tan mal, tienes siempre lo mismo, no ganas, no pierdes. ¿Y qué sentido tiene la vida entonces? Acabarías aburriéndote. Hoy en día parece que si no has vivido ciertas situaciones, te falta experiencia o sabiduría. Si no nos equivocamos, no aprendemos nunca de nuestros errores. Deberíamos empezar a valorar a las personas desde que llegan a nosotros, entonces la frase "Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde" dejaría de ser mítica. Aprovecharíamos cada momento como si fuera el último y si por alguna cosa o por otra, esa persona igual que vino se fue, siempre recordaríamos cada instante con una sonrisa.
Pero las cosas no son tan fáciles, a veces para aprender hay que equivocarse una, otra y otra vez.
Creo que alguien debería pintar la neutralidad de otro color, el gris no llama la atención, no tiene gancho.

sábado, 30 de octubre de 2010

Objetivo: tomar tierra; Resultado: logrado a duras penas


Después de un mes y medio puedo decir que ya me encuentro completamente con los pies en la Tierra. Había olvidado lo complicado que es volver.
Con lo sencillo que es desconectar, y más en verano...
Porque en esa época del año te olvidas de todo, es imposible quedarse en "Stand by", te encuentras apagado o fuera de cobertura.
Pero por fin he vuelto. He encontrado mi cauce. Me lo habían cambiado de sitio.
¿Cómo lo he encontrado? Volviendo atrás sin dejar a un lado lo posterior, por ahí ya había pasado antes, sabía perfectamente donde lo habían escondido.
Y como "todos los cambios siempre son buenos" entra en mi filosofía de vida, en este trueque también he encontrado la dicha.


domingo, 20 de junio de 2010

Looking for hope :)

"Y qué más da que me falte mucho para que la sonrisa salga natural, de momento quiero demostrar que yo puedo con todo y mucho más"

viernes, 18 de junio de 2010

Fecha de caducidad



"Por muchas noches en blanco que una dedique a pensar en su biografía sentimental, la verdad es que encontrará pocas soluciones.
Podrá parchear tal o cual relación, pero al final volverá a pasar lo de siempre. Que en un momento dado saltará en pedazos, como tantas otras veces.
Porque uno es como es y no es fácil dejar de serlo para querer a alguien. Es casi un combate perdido de antemano.
Así que lo mejor que nos podría pasar es que las relaciones sentimentales vinieran con fecha de caducidad, como los yogures. Así sabríamos de antemano cuál es la fecha del final.
No perderíamos el tiempo en inseguridades, sospechas ni discusiones. Nos dedicaríamos a disfrutar casa momento hasta la última décima de segundo.
Aunque, si lo piensas, lo bueno de no tener fecha de caducidad es que nos permite seguir soñando con que, esta vez sí, ese yogur pueda conservarse para siempre..."

Dices lo mejor cuando no dices nada...


"Es asombroso como le sabes hablar a mi corazón.
Sin decir una palabra puedes iluminar la oscuridad.
Por mucho que lo intente nunca podría explicar lo que oigo cuando no dices nada.
La sonrisa de tu cara dice que me necesitas;
La sinceridad de tus ojos dice que nunca me dejarás;
La fuerza de tu mano me dice que me agarrarás siempre que me caiga;
Dices lo mejor cuando no dices nada.
Durante todo el día oigo a la gente hablar alto.
Pero cuando tú me abrazas no puedo oír a la multitud.
Por mucho que lo intenten no sabrían decir qué se han estado diciendo tu corazón y el mio..."

Aprende que en la vida todo son errores ♪


No hay mejor regalo que el de la ignorancia

Más que por mí, por ella yo vivo también ♫



Vivo por ella sin saber
si la encontré o me ha encontrado.
Ya no recuerdo cómo fue
pero al final me ha conquistado.
Vivo por ella que me da
toda mi fuerza de verdad.
Vivo por ella y no me pesa.

Cada día una conquista
la protagonista es ella también.

Vivo por ella porque va
dándome siempre la salida.
Porque la música es así:
fiel y sincera de por vida.

Si hubiese otra vida, la vivo
por ella también.

La verdad hace que todo lo demás parezca mentira


"El dolor hay que aguantarlo, esperar a que se vaya por si solo y que la herida que lo ha causado cicatrice. No hay soluciones ni respuestas sencillas, solo hay que respirar hondo y esperar a que se calme. La mayoría de las veces el dolor puede aliviarse, pero a veces llega cuando menos te lo esperas, te da un golpe bajo y no te deja levantarte.

A veces te enfrentas a una herida que no cicatriza, una herida a la que se le saltan los puntos..."

Porque estamos hechos de la misma materia que los sueños


Cerrar los ojos y echar a volar sin alas, flotar...

Formo parte de las sensaciones que tiene la vida

"No soy la voz de la inociencia
soy la cruda realidad
soy la que te habla y te aprieta
la que a veces hace llorar
soy la musa del poeta
yo me llamo soledad"

Presente y aquí a tu lado


"Lo único que no te va a gustar de la vida es que te va a parecer demasiado corta"

La única libertad que me exalta

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina,
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por la que muero.

Cernuda

miércoles, 16 de junio de 2010

"Una palabra entonces, una sonrisa bastan"

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.
.
Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
Déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

Pablo Neruda.

lunes, 14 de junio de 2010

Inevitable


Puedo adivinar tus pensamientos cuando nuestras miradas se cruzan durante unas milésimas de segundo.
En ese instante, todo se para, el mundo es diferente.
No existe nadie más.
Dos o tres segundos pueden parecer poco tiempo.
Pero es el tiempo suficiente para darme cuenta de que aunque no quiera siempre vas a estar, que es inevitable.

Eres la única persona capaz de llenarme de felicidad solamente con tu sonrisa.
Llegamos a compartir tantas cosas con un simple gesto...
Ahora sé que no necesitamos palabras para comunicarnos, que no somos raros, simplemente nos entendemos.
Parece que he vivido dentro de ti todo este tiempo, pues a veces me parece que te conozco tan bien que me asusta, eres diferente a los demás, pero eso me gusta.
Y si tuviera otra vida la viviría a tu lado, porque no sé donde te has metido todo este tiempo.
Me haces falta y sé que nunca me cansaré de ti.

sábado, 12 de junio de 2010

Yo escucho. Tú apenas oyes.



Quiero gritar.

Que me oigas. No, que me escuches.

Pero grito en silencio. No sé cómo. Creo que por dentro.

Hay un muro. Algo en lo que se entretienen mis palabras.

Algo que les impide llegar a su destino, tú.

Palabras que caen, chocan contra el suelo y se descomponen en mil letras, fonemas desconocidos.

Experimento mil sensaciones sinónimas que adquieren significados totalmente diferentes cuando el que las produce eres tú.

Creo que algo tuyo se aproxima a mí.

Tu aroma.

Tu voz.

Te oigo. No, te escucho. Y me resulta interesante lo que dices.

Me siento como una ingenua niña y todas tus palabras quedan escritas con tinta indeleble en mi mente.

Sigo gritando, me siento ignorada.

No sé qué tienes pero me das tranquilidad, atas mi locura.

Me calmo.

Consigo hablar sosegadamente pero cada vez me pongo más nerviosa.

Ya no hablo. Lanzo los vocablos. ¿En verdad pretendo herirte?

Es inútil.

Mis torpes palabras siguen tropezándose unas con otras.

¿Se abaten o las abates tú?

¿Y si lo intento con gestos?

No merece la pena.

Cegarías tu mirar. Vives para ti.

Yo escucho y creo todas y cada una de tus palabras.

Tú fundas tu razón en oír un fino hilo de voz que apenas te alcanza. Huyes.

Te vas sin mí y no me esperas.



Más allá del límite


¿Cuántas veces hemos querido rozar el cielo con la yema de los dedos?

¿Cuántas veces hemos pensado que en la situación en la que nos encontramos eso es imposible si no cogemos una escalera muy alta o nos hacemos astronautas para estar a unos metros sobre él?

¿Cuántas veces hemos envidiado la felicidad de unos personajes ficticios que te resultan más reales que tu vida misma?

Pero para rozar el cielo o encontrarse flotando en sus nubes no es necesario aprender a volar literalmente.

Se puede tocar el cielo viviendo una experiencia inolvidable, un momento inexplicable, algo que te produzca tanta felicidad que creas volar. Porque volar se puede y no necesariamente siendo un ave ni utilizando los polvos mágicos de Campanilla.

Si alguien hace que no quepas en ti y te da alas: te encuentras a más de 3 metros sobre el cielo.